Phnom Penh, y la seda de Koh Dach
En Phnom Penh nos quedamos solo dos noches con la idea de poder descansar la primera, después de 24h de viaje, y poder ver un poco de la ciudad al día siguiente (el plan original era quedarnos 1 o 2 días al final del viaje), así que no podemos contar mucho de la ciudad capital aunque sí que nos dio tiempo a visitar un par de «Highlights».
Phnom Penh
Una ciudad realmente original
Phnom Penh es una ciudad grande y moderna, en la que los pequeños barrios residenciales al estilo camboyano y las casas de la época colonial se complementan con enormes edificios iluminados (comprados en su mayoría (si no todos) por los chinos, que tienen una buena parte del país).
No está tan orientada al turismo como por ejemplo Siem Reap, esta ciudad mantiene su autenticidad, y si te pierdes por sus mercados, muchas veces tendrás que usar las manos para hacer números y saber cuanto vale algo, por que el inglés no se domina por toda la ciudad.
El tráfico es caótico, tanto que cruzar la calle es sólo cosa de valientes, como regla general diré «no te lo pienses dos veces y cruza!«, tranquilo, es una técnica que se va mejorando con el paso de los días.
Fuimos desde el Guesthouse hasta el Wat Phnom a pie (Estábamos a unos 15 minutos) con la idea de desayunar algo de camino, así que después de un desayuno light seguimos andando por las callejuelas al norte del tempo.
Alojamiento en Phnom Penh
Primer fallo en nuestro viaje, nada mas llegar.
Nosotros nos alojamos en el Grand View Guesthouse (Lo encontramos en Booking), y aunque el edificio en si era grande, la habitación que nos tocó era pequeñisima (quedarían 1,5m libres aparte de la cama), el baño no tenia ventana y hacia un calor asesino, que sumado a no abrir la ventana por miedo paranoico a los posibles mosquitos asesinos phnompenhses y haber estado tantas horas en aviones hizo nuestra primera noche algo complicada.
Además un cambio de temperatura bien brusco, dejamos Hamburgo a -12 grados y nevando para encontrarnos 30 (a las 22:00) al llegar allí.
Internet móvil en Camboya
Aprovechamos para comprar una tarjeta SIM y así poder tener internet en la calle. Se la compramos a una pareja que tenía un puesto en la calle con tarjetas SIM, teléfonos móviles y accesorios para móviles (Carcasas, cascos, recargas….).
El muchacho, que era quien sabia del tema, no hablaba inglés, y tanto la muchacha como nosotros hablábamos inglés del malo, pero con manos, píes,papel y boli al final nos entendimos. Fue muy gentil al hacer las llamadas correspondientes para activar la tarjeta (Luego descubrí que Cellcard tiene una app en inglés y camboyano en Google Play Store).
La tarjeta nos costó 3$ (De Cellcard) + 1$ de saldo, que bastó para tener internet casi todo el viaje (De hecho la recargé solamente porque los últimos días estuvimos por la montaña y no queríamos quedarnos por ahí sin mapa e incomunicados), sorprendentemente solo me quedé sin cobertura en sitios de verdad remotos, y además tuvimos conexión LTE incluso en zonas rurales bastante alejadas de los núcleos urbanos.
Transporte
Lo mejor para moverse por esta ciudad es el Tuk-Tuk, ya que el tráfico en Phnom Penh sólo es equiparable al de Siem Reap. Lo mejor es concertar un precio y un destino antes de subiros al Tuk-Tuk.
Para salir de la ciudad encontrareis muchas agencias de viajes, mirar por las cercanías de vuestro alojamiento (o preguntar allí, será 1-2$ más caro pero seguramente os recogerán allí) y elegir la que más os gute
¿Donde comprar billetes de bus en Phnom Penh?
Al volver a la ciudad de la Silk Island le dijimos al conductor que iríamos a sacar billetes de bus para ir el día siguiente a Kompomg Thom, así que nos dejó delante de una agencia de viajes por la que justamente habíamos pasado esa mañana («Rith Mony Transport», cerca del hotel-restaurant «Van’s» y no muy lejos del Wat Phnom, podéis ver dónde está en un marcador en el mapa de esta entrada).
Ahí venden billetes para dos empresas, si vais a Kompong Thom en ambas tendréis que pagar el billete entero (hasta Siem Reap).
Una cuesta un par de dolares más cara (10$ y 12$, la cara se llamaba «Sorya Phnom Penh»), pero según el vendedor las diferencias principales es que en uno de los dos SIEMPRE hay aire acondicionado y suelen estar más limpios, así que por la diferencia de precio cogimos el caro.
Wat Phnom
«En medio» de la ciudad nos encontramos con el «Wat Phnom», templo erigido en una colina artificial coronada por una vistosa Pagoda, que acabaría dando nombre a la ciudad. Aquí celebran los camboyanos el año nuevo (camboyano, el 13 de Abril) entre otros eventos. La entrada al Wat Phnom cuesta 1$.
La leyenda de la abuela Penh
Cuenta la leyenda, que Dau Penn (la «Abuela Penh»), una anciana rica, encontró en 1372 dentro de un árbol Koki a orillas del Tonlé Sap cuatro estatuillas en bronce (y una en piedra) de Buda, y que como signo de adoración construyó un santuario simple en lo alto de una colina hecha por los habitantes del pueblo (Que acabaría por conocerse como Phnom Penh, el «Monte Penh») con el fin de protegerlas.
Este templo acabaría por convertirse en un lugar sagrado, hasta que un Rey Khmer (Ponhea Yat, el último Rey de Angkor) ordenó en 1437 elevar aún más la colina, al dejar Angkor y fundar en 1434 la nueva ciudad que se acabaría conociendo como «Phnom Penh».
La estupa al oeste en el actual santuario contiene las cenizas del Rey y la familia real.
Por los alrededores de la Pagoda-montaña (Que con el paso del tiempo, ha acabado rodeada por la ciudad) hay un muy bien cuidado jardín por el que se puede pasear tranquilamente y sentarse a la sombra.
Por lo que dicen los camboyanos, antiguamente había muchos monos en el Wat Phnom, pero atacaban a la gente y en la actualidad sólo queda una familia. Nosotros tuvimos la suerte de verlos en la ciudad, primero en los parques del Wat Phnom y al día siguiente correteando por Phnom Penh entre los cables de la luz, por los que entraban a las casas sin problemas (y de algunas salía alguno con algo).
Aprovecho para recordaros que como para cualquier templo o pagoda en Camboya, para entrar hay que llevar los hombros y rodillas tapados (Aunque veréis más de «una excepción»).
Koh Dach: Seda en Phnom Penh
Después de conocer un poco de Phnom Penh y comer algo por las cercanías del Wat Phnom, volvimos a la entrada del Wat Phnom donde habíamos quedado con un Tuk-Tuk para ir (en principio era eso lo único que veríamos) al Monkey Temple, aunque después acabamos haciendo una especie de tour por la isla Koh Dach (Que lógicamente acabó triplicando el precio acordado en un principio, aunque también tuvimos Tuk-Tuk por unas 4-5h, con ferry ida y vuelta incluido).
Para cruzar a la isla hay que tomar un ferry, tendréis que pagar el ticket para el Tuk-Tuk (1$ por trayecto), el trayecto dura unos 10 minutos. La isla vive en su mayoría de la agricultura, ganadería y pesca, pero su mayor fuente de ingresos son las granjas de seda, que puedes visitar entre campos de arroz, plantaciones de mango, de el apestoso jackfruit y vacas.
Monkey Temple
Fuimos por la tarde, por lo que no nos encontramos con nadie. En este templo lo que más me llamó la atención (también eran las primeras que veía) fueron la cantidad de estupas que lo rodeaban, todas con decoración tradicional.
Por los alrededores del edificio central viven monos, algunos os mirarán desde lejos, y otros vendrán hasta donde podrías tocarlos (si te atreves y le caes bien).
Cerca de la entrada al templo (donde probablemente os deje el Tuk-Tuk) hay una especie de tienda donde venden unos «pan de gambas» si queréis darle algo a los monos. Comprar un par, puede que alguno os coja la bolsa en vez de la patatilla y se vaya entre risas como bailando a comérsela a modo de palomitas mirando desde su árbol a lo lejos.
No hay que olvidar que los monos no dejan de ser peligrosos, tienen mala hostia y además son unos ladronzuelos, no dejéis las cosas por ahí de mientras vais a verlos, se llevan igual la comida, que una mochila. Tampoco os acerquéis a tocarlos y mucho menos a las crías, siempre habrá un adulto al acecho. Si os mordiese uno, estáis jodidos.
Intentad darle las cosas «por lo bajo»,ya que pueden interpretar un brazo extendido como un ataque, igual que «cuando sonríen» es un aviso de que se esta mosqueando.
Granjas de seda
En la isla hay unas cuantas granjas de seda, nosotros fuimos a la «Silk Island», donde vimos todo el proceso, desde la obtención de la seda hasta el tejido de prendas. Las casas están elevadas del suelo, y el espacio que queda debajo de la casa es donde montan los talleres.
Como ya he dicho fuimos por la tarde, de hecho estaban apunto de cerrar las puertas a visitantes (Eran casi las 17 si me acuerdo bien), por lo que no había ni un turista, y solo unas cuantas personas trabajando.
Salimos de Silk Island y dimos una vuelta por la isla en el Tuk-Tuk, el conductor trazó una mini ruta de vuelta en la que hicimos un par de paradas a lo largo de la isla, aunque el simple paseo ya merece la pena (sobretodo si estáis por Camboya «de paso» y vais a ver principalmente los puntos más turísticos)….
Un paisaje llano (como en la mayoría del resto del país), lleno de vegetación, con los cultivos de arroz en los que a la vez pasta el vacuno y árboles frutales bordeando el camino (En Camboya no abundan las carreteras asfaltadas), la gente que saluda….
Fue un buen punto donde romper el hielo con los parajes,la cultura y el estilo de vida camboyanos.
Wat Khbal Koj
El único sitio que he podido relocalizar y obtener su nombre de la ruta por la que volvimos, ya que como digo acabamos allí «de rebote».
En este templo budista hay un bonito edificio de dos pisos (Con la decoración tradicional Khmer típica en techo y paredes de las pagodas), al que no entramos por tiempo y respeto. Estaba abierto, pero todos los monjes estaban fuera reunidos escuchando música como en una especie de festejo, así que ni entramos ni quisimos interrumpir para preguntar, y una pagoda «central», que estaba cerrada, protegida por una serie de deidades (imagino) montadas en diferentes animales (Probablemente alguien que sepa del tema os sabría decir algo más).
Y con esto y el paseo por la zona rural dimos el día por zanjado, aún nos dio tiempo de pillar la puesta de sol en el ferry de vuelta.
Como anécdota contaros que las rampas de embarque y desembarque del ferry a la isla (que solo tiene que cruzar el río), están bastante empinadas y son de tierra sin compactar, tuvimos que bajarnos del Tuk-Tuk para embarcar a pie, de mientras el conductor bajó derrapando y aguantado por otros dos, y a la vuelta tuvo un miniaccidente al bajar del barco, y después yo y otro camboyano ayudamos al Tuk-Tuk a subir empujándolo, después de que «se escurriese» pendiente abajo y golpease a un coche en el morro.
No hubo discusión, ni papeleo, ni un pago…. Aunque el coche era bien moderno, hablaron un rato y se fueron ambos con una sonrisa.
Cenamos algo de camino al Guesthouse de mientras paseamos a pie por las cercanías del Wat Phnom y con eso dimos el día por liquidado. Nosotros cenamos en un restaurante un poco «bien vistoso», que nuestros estómagos después del viaje y del primer día no estaban muy finos, y pagamos unos 5$ p.P en total. Pero en los puestos de la calle y alrededor de los mercados se puede comer por unos 2$ el plato.
En la próxima entrada os contamos un poco de Kompong Thom y alrededores,
donde se encuentra el yacimiento arqueológico preangkoriano Prasat Sambor Prei Kuk.
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