Kampot – Kep: Pimienta y Cangrejos
Dejamos Koh Rong Samloem diciendo adios a las islas y volvemos a Sihanoukville para ponernos rumbo a la región de Kampot/Kep, donde visitamos una plantación de pimienta, un lago algo perdido, buscamos un templo en una cueva y probamos las especialidades locales en el mercado de cangrejos de Kep.
Una vez llegamos a tierra, volvimos a escurrirnos entre la masa de gente que había en el muelle de Sihanoukville hasta que encontramos dónde comprar un billete de bus para ir a Kampot sin pagar «algún plus touri» (de nuevo cerca de donde compramos la ida a Koh Rong) e hicimos la espera comiendo algo.
Cuando llegamos a la ciudad estaba ya oscuro, así que echamos a andar dirección al Guesthouse, y la verdad que resultó estar bastante alejado, por un momento pensamos que salíamos ya de la ciudad y quedaríamos en mitad de la nada, pero no, en una de las últimas calles dimos con el sitio.
Mejor ir en Tuk-Tuk.
Región de Kampot-Kep
No sólo gastronomia
Esta región es bien conocida por 2 especialidades locales, Pimienta y Cangrejos, que se pueden probar en sus versiones gastronómicas con adobos homemade en el Mercado de Cangrejos de Kep.
Nuestro paso por allí se basó en visitar una plantación de pimienta, el mercado de cangrejos de Kep, un templo en una cueva, un lago, y acabar el último día dando una vuelta por la reserva natural del Kep National Park.
Entre Kampot y Kep hay posibilidad de visitar plantaciones, la parte rural, reservas naturales, manglares, salinas….
Todo depende de qué es lo que os interese ver, pero no penséis que a esta región se va solo a comer.
Transporte
Fuimos de Sihanoukville a Kampot en bus (5$ p.p.).
A nosotros no nos gusta depender de los autobuses (además de la puntualidad) ni «tener a un chófer» (con Tuk-Tuk) todo el día detrás nuestro, por lo que nada mas llegar al Guesthouse hablamos con el dependiente para alquilar una moto (5$/dia, 2 dias), que llevaron allí de madrugada, así que pudimos salir a la mañana siguiente nada mas levantarnos.
Desde Kampot se puede ir fácilmente a Kep en moto (por la única carretera «tal y como tú la conoces» por la que condujimos en todo el viaje).
Alojamiento
Nos alojamos en The Plantation en Kampot (Lo encontramos a través de Booking, como de costumbre. 25$ 2 noches en bungalow, que resultó ser el más grande del viaje), un acogedor lugar que aunque ya funcionaba desde hacia algún tiempo cuando nosotros estuvimos, estaba en pleno proceso de expansión, con obras de lo que seria un bar-chiringuito estilo hawaiano y un escenario.
La ciudad está dividida por un río, este hostel se encuentra «en las afueras», lo que es «el núcleo» de la ciudad está al otro lado del río. Ir en Tuk-Tuk hasta el centro nos costo 1$ de día, y 2$ de noche (será que la tarifa nocturna es más cara, que sé yo).
Kampot
Íbamos a estar poco tiempo, así que en la ciudad en sí no vimos mucho, aprovechamos antes y después de las comidas (que hicimos allí) para ver un poco los alrededores. Aunque hay incluso un Night Market, la verdad es que nos dedicamos más a ver las cercanías que la propia ciudad.
Por la zona centro hay un par de «Happy Pizzas», donde se puede pedir incluso con «extra de happy». Lo que os pasaría si pedís «sólo happy to take away» y os pillan, no os lo sé decir.
Qué vimos en Kampot – Kep
Hicimos una especie de excursión de un día (completo) con la moto que nos cundió bastante, que comenzamos visitando una plantación de pimienta (podéis ver donde está en el mapa) en el que probamos pimienta en sus diferentes variantes y vimos y tocamos la pimienta en sí, siguiendo la ruta – Mercado de Cangrejos – Brateak Krola Lake – Phnom Chhnngok («Cave Temple»).
El segundo día nos íbamos por la tarde, así que aprovechamos lo que pudimos para volver al mercado de cangrejos (por comilones) y visitar algo de la reserva natural del Kep National Park para terminar nuestra visita a esta región, cada vez más conocida por el turismo (lo que se puede apreciar por el numero de hostales que hay en Kampot).
Shoty’s Pepper Farm
Seguramente encontreis en internet o preguntandole a los locales más de una platación que podáis visitar, tanto gratuitamente como en «modo tour».
Nosotros fuimos a ésta en concreto porque la nombraban en el libro que usamos para orientarnos durante el viaje.
Podéis ver dónde está en el mapa.
Mercado de Cangrejos (de Kep)
Después de ver cómo crecía la pimienta, tocaba probarla, así que pusimos rumbo al Crab Market (Kep) para degustar la otra especialidad local, los cangrejos.
El mercado está formado en su mayoría por puestos donde comer y/o comprar productos del mar, ya sea crudos (para llevar o cocinar allí al momento) o cocinados (todavía en el fuego). Había también unos cuantos puestos con ropa en la parte descubierta (fuera).
A los alrededores del mercado, como es lógico habiendo materia prima de calidad cerca, también hay unos cuantos restaurantes, pero nosotros solemos tirar por lo local, tirando de esos sitios en los que el cartel no está inglés (o directamente, no hay cartel), así que dimos vueltas por los puestos hasta encontrar el que más nos gustó.
Pedimos cangrejos, y los sacaron al momento de una nasa «anclada» a unos cuantos metros de la orilla. La misma «pescatera» ya nos reenvió de alguna manera al que estaba justo enfrente de ella, uno de entre los muchos cocineros que están cerca de los puestos, que los cocinó con un adobo hecho con la pimienta regional después de abrirlos y limpiarlos.
Una lastima que no se puedan «subir sabores» a una web. Si estáis por allí y os gusta lo del mar, no podéis dejar de visitar este mercado.
Brateak Krola Lake
Pusimos rumbo al templo pero no sin antes parar por este lago.
Condujimos por la orilla hasta encontrar un sitio para tomar café.
Las vistas al lago desde casi cualquier punto de la orilla son algo para tomarse con calma, así que después de perrear un rato por la zona seguimos adentrándonos en la zona rural dirección al Phnom Chhnngok.
«Cave Temple»
El Phnom Chhnngok tiene la curiosidad de estar en una cueva en la falda de una montaña, en la que os podéis adentrar si queréis, con o sin guía.
No os preocupeis por buscar un guía antes de ir, en las cercanías encontrareis alguno que otro. Unos niños nos ofrecieron guía hasta llegar a la misma puerta. Los mismos niños que cobran la entrada a verlo (algo más bien simbólico, 1$p.p.) al pie de las escaleras que suben un trocito de la montaña.
Nosotros con la tontería llegamos tarde, así que solo vimos la primera parte de la cueva digamos. Investigamos con linternitas los recovecos que se veían, pero no nos íbamos a meter por ningún lado sin guía.
Lo que más mereció la pena fue «la aventura en moto» a través de selva, campo y arrozales hasta llegar a la montaña.
Caminito de vuelta
Al salir de la cueva parecía que hubiesen caido «4 gotas», nos paramos a ver el comienzo del atardecer y nos fuimos a tiempo de que no nos pillase oscureciendo en el trozo «de selva» al volver con la moto.
Y sí, habían caído 4 gotas, las suficientes para transformar los caminos de tierra por los que habíamos ido en caminos de barro en los que yo y (o eso parecía) 200 camboyanos que iban y venían moviendo el manillar de un lado a otro luchábamos por avanzar por el lodo entre marcas de otras ruedas y charcos infinitamente profundos.
Con esto concluimos nuestro último día en Camboya. Al volver a la ciudad nos dimos una ducha y buscamos algún sitio donde cenar.
Al día siguiente nos despediríamos ya sí de Kampot-Kep visitando el Kep National Park por la mañana y poniendo rumbo a Phnom Penh por la tarde.
¡Un placer visitar esta región!
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