Salimos a medio día con un autobús desde Kampong Chhang dirección a Sihanoukville (15$p.p), dando por finalizada la parte de nuestra ruta centrada en templos y la Camboya rural y dando comienzo así a la etapa de playas (e islas), que como supongo que le pasa a cualquiera que le guste el mal.

Esperábamos llegar sobre las 6-7 de la tarde a Sihanoukville, no sin antes hacer trasbordo en Phnom Penh, pero como supongo que a veces pasa en paises como Camboya, el transporte no sigue el ritmo al que estamos acostumbrados en occidente.

En esta entrada realmente no tengo mucho que contar más allá del trayecto en sí.
Antes de partir ya podiamos imaginamos que ibamos a tardar más de lo que en teoría deberiamos tardar, así que calculando “un par de horas más” supusimos llegar sobre las 7 de la tarde a la estación de Sihanoukville.

El viaje en bus

El trayecto Kampong Chhang – Phnom Pehn fué un trayecto sin problemas, pero con un “pero”.
Al rato de estar en movimiento, nos dimos cuenta de que uno de los pasajeros (que además iba acompañado de un monje) no dejaba de toser, guardaba los pañuelos “a buen recaudo” y llevaba una mascarilla. Los otros pasajeros parecian olerse lo miso que nosotros, y es que en Camboya, la tuberculosis es una de las mayores causas de muerte, así que no hay que exagerar, pero esto nos recuerda lo importante que es una higiene “a lo occidental” cuando vamos de viaje a según que paises (y pedir hacernos una revisión si notamos algo extraño al volver, también). Un desinfectante de manos (o dos) es algo básico que no puede faltar en tu botiquín.

Escala en Phnom Penh

Llegamos a Phnom Pehn y después de casi dos semanas “de soledad” (exceptuando Siem Reap) nos volvimos a encontrar con el caos que puede ser una estación de buses de una ciudad grande, sumado al “metodo asiático”….. Una locura.
Hay que estar bien atentos a las mochilas, este puede ser un momento de esos que tanto os ronda por la cabeza, en el que vuestro equipaje desaparece o es destruido por una “jauria de chinos revoloteante”.

Efectivamente, nuestro equipaje no fué destruido, pero nos alegramos de llevar puestas las fundas de lluvia por que las soltaron en un charco con un arte que ni un maletero de barajas, y tú, incapacitado dentro de la lata en la que se convierte el autobús a la hora de salir (pues la gente lleva cajas, paquetes gigantes de esparto, una báscula de farmacia….) viendolo por la ventana. Afortunadamente no le pasó nada a las mochilas.

¡Encuentra tu bús!

Después de hacerte con tu mochila viene el siguiente episodio, el encontrar el autobús, o en caso de no encontrarlo, ingeniartelas en ese caos para preguntar con tu inglés (eso ya depende de cada uno, pero en mi caso es un ingles ) a alguien que pueda que sepa algo.

En cualquiera de los casos, no le des tu billete a nadie que no sea el que te lo pide para subir al bus….. O te tocará correr.

Total, que el bus “Sihanoukville” de la compañia que buscábamos («Soraya», en realidad casi siempre viajamos con ella) no era ninguno de los que estaba por allí a la vista, así que fui a preguntar al primero que vi con camisa blanca y pinta de estar organizando-vigilando algo, y acerté, el tio cogió y miró mi billete, escribio dos Whatsapps, no le contestaban, y dijo “wait a moment”, perdiendose entre una una multitud de camisas blancas que se aglomeraban en una habitación….. “triunfazo”.

Despuéss de mirar 10-15 camboyanos en busqueda de alguno que pareciese el que se fue con mi billete, volví al punto donde encontré al tio, desde donde se veia a mi novia y las mochilas, o eso esperaba, por que estaba ya en la puerta de un bus con las mochilas en el suelo gritando “TIIIIITIIII»….. ¡¡Y EL TIO DEL BILLETE EN EL BUS!! Por eso digo, no solteis el billete de ninguna de las maneras, ese dia cogí el bus, pero otro dia podría haber perdido el bus, el billete, o ambos.

Al final el bus con el que nos fuimos era un bus con la misma ruta, pero un par horas antes, así que como el primer bus había llegado antes de tiempo, nos fuimos algo más temprano.

Segundo autobús

Para describir el viaje en el segundo bus…. como que me faltan las palabras para describirlo, pero en resumen fue algo así:
Un trayecto infinito, de casi 7h, entre Phnom Pehn y Sihanoukville, en un bus que aunque era comodo, alguien llevaba un saquito con «delicatesens» de apestoso pescado secado al sol, algo que hizo que hubiese incluso quien vomitó cuando esa buena mujer, despues de 5 horas de viaje con el pescado en una bolsa, se bajase en su parada..

En los autobuses camboyanos, suele haber dos o más conductores y se van turnando, para que los autobuses nunca dejen de moverse, pero en este viaje el conductor, pobre buen hombre, iba solo, y bien cansado, a ratos casi que dormido. Hicimos unas cuantas paradas para comer, fumar y estirar las piernas (él incluido, logicamente).

«Tuk-Tuk-Terror» al llegar a Sihanoukville

Al final llegamos a Sihanoukville casi a las 10 de la noche, por lo que nuestra idea de dar aunque fuera un paseo por la orilla del mar podia esfumarse. Nada más llegar fuimos avasallados en el “Tuk-Tuk terror”, ese momento en que 20 personas te rodean diciendo “Tuk-TukTuk-TukTuk-Tuk ma friend Tuk-Tuk”.

Nos fuimos con (por primera vez en Camboya) un coche estilo pick-up con una especie de cabina de Tuk-Tuk integrada (por 10$) hasta el hostal donde nos quedamos en Otres (el Otres Long Beach 2, como siempre, lo he marcado en el mapa y podeis encontrarlo en Booking).
Solo estuvimos una noche, pero la habitación estaba bien tanto de condiciones como de precio. 15$ un bungalow privado, que era además de lo poco que había reservable en las cercanías de donde queríamos ir.

Y por fín, llegamos …

Hicimos el Check-in y aun nos dio tiempo de ir a cenar a un restaurante de los que habia no muy lejos si vais en dirección Otres Market (pescadito fresco cocinado a tu vista a la brasa, pudimos elegir la pieza de entre el hielo, 11$ con bebidas). Después de cenar (pero bien) volvimos al hostal para descansar después de tanto viaje en bus antes de empezar a disfrutar de las playas camboyanas.

No tuvimos ganas de explorar Otres ese dia, pero por lo que leimos (y vimos más tarde) hay bastante actividad en los hostales de esa zona.

La zona de la playa de Otres es una zona que, al menos cuando nosotros fuimos, está en pleno proceso de construcción y expansión (igual que Sihanoukville, aunque ya hablaré de lo poco que vimos en esta ciudad más adelante), por lo que la carretera que va paralela a la playa no está iluminada, por esta zona os convendrá llevar una linterna a mano si planeais quedaros hasta que anochezca.

Al dia siguiente fuimos a conocer “Koh Ta Kiev”,

una isla maravillosa más allá de donde alcanza la vista desde la Otres Beach.